Hoy amanecemos en Carpintería, un pueblecito de la costa californiana al norte de Los Angeles. Tenemos muchas millas por delante hasta nuestra próxima parada en ruta: San Francisco (donde esperamos llegar mañana).

La primera parada ha sido Santa Bárbara (¿recordáis aquella serie de tropecientos mil capítulos?). Hemos desayunado como reyes con un café espresso a la europea ¡servido en taza! (después de más de veinte días con café americano, se agradece).



Desayunados, nos ponemos en camino hacia el norte, tenemos el océano a nuestra izquierda y todo es cada vez más verde. Hay palmeras altísimas, y vamos viendo viñedos a lado y lado de la carretera, ¡estamos en el territorio de Falcon Crest! Quién diría que hace 24 horas estábamos en el desierto... El primer tramo consiste en unas 150 millas de autovía hacia el norte, antes de tomar la carretera 1, conocida como la Big Sur.

A mediodía hemos realizado una parada técnica para comprar un poco de comida y agua... Y ¿qué ha pasado? Pues que nos hemos visto atrapados en un agujero negro de compras en un centro comercial, lo que nos ha retrasado un poco, ¡pero ha valido la pena (je je)!

Por fin hemos emprendido el camino hacia la Big Sur, una de las carreteras más míticas de los Estados Unidos, que recorre el tramo de costa entre San Simeón y Carmel. Esta carretera es la excepción que confirma la regla aquí en los USA, puesto que está llena de curvas. El trayecto (unas tres horas) ha sido precioso, ya que transcurre entre acantilados impresionantes; teniendo el mar a un lado, y el verde de las montañas al otro.



El paisaje es muy bucólico (con vacas, casitas y demás) y lo más impresionante: ¡hemos visto por primera vez a los elefantes marinos! Cuando ves a este tipo de animales (aquí tan normales) te das cuenta de lo lejos que estás de casa... Os ponemos una foto, aunque la calidad no es muy buena, porque está hecha a través de unos prismáticos:


Para rematar la jornada de carretera hemos visto la puesta de sol desde el coche; ya llevamos unas cuantas en este viaje y aún así siguen dejándonos con la boca abierta.



Una vez recorrida la Big Sur hemos llegado al pueblecito de Carmel (del que fue alcalde -y dónde vive- Clint Eastwood). Todo es muy mono y muy exclusivo, aquí realmente se ve otro nivel (cochazos, tiendas de lujo carísimas, etc.). Lástima que no hemos visto a Clint...

Cansados, nos disponemos a buscar un motel en el pueblo de Monterey. Será la última noche que buscamos motel, puesto que las siguientes ya las tenemos reservadas en San Francisco; y aquí viene la anécdota.

Hemos tenido un problema con la habitación: la cisterna no funcionaba, así que hemos pedido un cambio de habitación; nos han dicho que no tenían, así que nos encontramos con que no nos cambiaban la habitación y tampoco nos querían devolver el dinero... Vamos, que viendo que éramos guiris nos querían tomar el pelo.

Por suerte, ha pasado por ahí un policía al que hemos acudido a pedir ayuda. Sólo queríamos aclarar la situación para que no nos cobraran lo que no era justo. Por primera vez, nos hemos alegrado de ver un poli; aquí estan en todas partes, y la verdad es que imponen bastante. El agente, súper majo, nos ha tranquilizado, ha hablado con los del hotel y hasta nos ha dado una tarjeta suya por si necesitáramos cualquier cosa. Esto de tener un poli americano (como los de las pelis) tan de cerca impresiona... Le hubiéramos pedido hacernos una foto, pero no hemos querido tentar a la suerte, je je.

Muy cansados, nos hemos arrastrado hasta el hotel de al lado, donde hemos conseguido una habitación sin problemas (y con una cisterna que funciona)... Hoy ha sido un día completo y con la anécdota se nos ha hecho bastante tarde (ahora son las 2:08), así que nos vamos a dormir. Mañana news desde San Francisco.

2 comentaris:

Javi dijo...

Que fuerte lo del poli y la tarjeta, os han devuelto la pasta?
Si al final es como todo, en todas partes hay gente buena y mala, aunque diria que a vosotros os ha ido bastante bien.
Bueno nos vemos guapos!!!

Rosamary dijo...

Pues los de callejeros viajeros en Los Angeles se han topado con el mismísimo Brad Pitt que estaba parado en un semáforo con su moto. O sea que todo es posible en California! A ver si veis a alguna celebrity.
Adéu!

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