Dia 7 (Claremore-Weatherford): Un día en Oklahoma

Hoy, Oklahoma:

¡¡Ayudadme!! ¡¡Ayudadme!!

Ése ha sido el grito desde el baño que nos ha acabado de despertar a todos... No os preocupéis, no ha sido nada, sólo una pequeña inundación y la posterior reparación que hemos tenido que hacer de la cisterna (si es que somos como McGyver -je, je-).

Como véis, nos hemos puesto en marcha de forma poco ortodoxa. Para colmo el desayuno no ha sido demasiado espectacular, nos hemos conformado con lo que había en el motel; pero bueno, ya nos desquitaremos después.

Primera parada, el totem gigante (el más grande del mundo) en Foyil, un poco friki pero un rato tranquilo y sin gente.

Nota: por sorprendente que parezca, durante las frecuentes paradas en ruta no solemos encontrar mucha gente; de hecho, muchas veces estamos solos... aunque suponemos que será diferente cuando nos acerquemos al oeste -Grand Canyon, etc.-, donde hay más turismo.

Siguiente objetivo: ver la Blue Whale, una de las imágenes de la ruta que más gracia nos hacía. Os dejamos una foto para que veáis de qué va el tema. Como ya vais viendo, lo que hay en la ruta son imágenes de "atracciones" que, en muchas ocasiones, parecen congeladas en el tiempo.

Tal vez no se aprecie en la imagen, pero lo que sale por el lado es un tobogán hacia el agua (ahora en desuso), e incluso se puede subir a los agujeros que se ven en la cabeza... ¿Qué os parece?

Hecha la visita, volvemos a subir en nuestro mega-coche (por cierto, le estamos buscando nombre, pero no se nos ocurre ninguno acertado; se aceptan propuestas) y hemos seguido buscando todos los tramos posibles de la antigua Route 66. Creednos, no es tan fácil como parece. La carretera serpentea cruzando en muchas ocasiones la interestatal; muchos tramos se siguen paralelos, por un lado a la autovía, y por el otro a la antigua 66, abandonada y no transitable.

Antes de seguir, a media mañana, parada en el Tally's Cafe, otro café típico donde te sirven agua con hielo nada más sentarte y la camarera va y viene cafetera en mano rellenando las tazas a quien quiera. Nos pedimos el especial de la casa (uno para cada dos personas; creednos, ¡no hace falta más!): pancakes, huevos, hash browns, bacon, etc.

De nuevo en la carretera, antiguos carteles luminosos, antiguas estaciones de servicio, comercios abandonados y algunos renacidos con el resurgir de la ruta... Todos ellos con su historia y su pasado.

A mediodía llegamos al Rock Café. Allí hemos comido... ¡hamburguesa de cocodrilo y de búfalo! Y hemos conocido a Dawn, la propietaria, en quien se inspiró el personaje de Sally, de la película Cars de Disney-Pixar (ya sabéis, si os interesa la ruta, tenéis que ver la película).

Seguimos en camino, llegamos a Oklahoma City y perdemos un rato la pista de la antigua 66. Como queremos llegar a Weatherford para dormir, decidimos tirar millas un rato por la interestatal. Hemos leído que no hay demasiados pueblos por el camino, así que haremos salidas para ver lo que nos interese más.

Como hemos comido mucho, decidimos hacer una merienda-cena. Nos "metemos" un shake (batido) en Sid's, un negocio lleno de motivos de Elvis, dirigido por un imitador, aunque no hemos podido verlo en persona.

Para finalizar la jornada, visitamos Lucille's (una antigua gasolinera mítica de la 66) y finalizamos la jornada en Weatherford, donde hemos leído que hay un drive-in cinema... ¡Decepción! El cine ahora está cerrado y la gran pantalla (segunda que vemos) está inactiva desde hace tiempo. Nos volvemos al hotel, donde nos vemos "obligados" a comer carne seca de búfalo para cenar (¡¡buenísima!!).

Mañana más, esto no se acaba, llevamos más de 1.000 millas (1.600 km) recorridos, y aún no hemos llegado a la mitad de la ruta. Lo estamos pasando en grande y esperamos que lo estéis pasando bien también con nuestras historias.

Nota: de momento estamos teniendo suerte y todas las noches hemos tenido conexión a Internet; si algún día no tenemos, no os preocupéis, recuperaremos la jornada en cuanto podamos.